sábado, 8 de febrero de 2014

Totonicapán

Gastronomía:
Un plato regional propio de Totonicapán es el tobic, un caldo con verduras diversas como papa, repollo, güisquil, coliflor y zanahoria, todo ello sazonado con un recado a base de comino, pimienta, achiote, cebolla y tomate. 
Los tayuyos de frijol y el caldo colorado también son muy apreciados por los lugareños.

Cultura: 
Totonicapán es otro de los departamentos profundamente ancestrales, en cuanto a su espiritualidad religiosa, aunque se haya sincretizado con el cristianismo manifestado en su territorio (Diccionario Municipal de Guatemala, 2001).
Dos de los mercados más grandes y por demás tradicionales del altiplano guatemalteco los constituyen el de San Francisco El Alto y el del mismo San Miguel Totonicapán. Ambos son un punto de unión de distintas direcciones en donde se puede conseguir lo necesario para cualquier trabajo del campo, industrias domésticas o labores rituales. Ambos también son muy ricos en artesanías de origen local (Diccionario Municipal de Guatemala, 2001).
Totonicapán es otro de los departamentos que presenta un rico espectro danzario de profundas raices coloniales y precoloniales. Dentro de las danzas están: Venados, Vaqueros, Mexicanos, Pascarines, Xecalcojes, Moros y Cristianos y La Conquista (Lara, C., Rodríguez, F., García, C. y Esquivel, A., s.f.).
El departamento, por la trascendencia de su población mayense de origen k’iche’, conservó toda la cosmología y la visión del mundo y de la vida del ancestral señorío prehispánico, de tal manera que la cultura del departamento, a pesar de ser resemantizada e hibridizada por los procesos históricos, resguarda con resistencia sus ancestrales valores culturales. No por casualidad se explica que esta región sea la más rica en artes, artesanías, bailes y mercados tradicionales de toda Guatemala. Por ende, también es de los departamentos de mayor riqueza en cuanto a literaturas orales (Lara, C., Rodríguez, F., García, C. y Esquivel, A., s.f.).

En el área se encuentran tradiciones orales y formas literarias de elevado contenido mayense k’iche’, tales como versiones fragmentadas orales del Popol Vuh. Se privilegian formas literarias, las leyendas tanto históricas como míticas, religiosas y animísticas de espantos, aparecidos y de ánimas en pena. También se encuentran cuentos maravillosos, de animales y bandidos mágicos, que abundan en pueblos y caceríos (Lara, C., Rodríguez, F., García, C. y Esquivel, A., s.f.).

Costumbres Y Tradiciones: 
Su profunda religiosidad se observa no sólo en las manifestaciones espirituales propiamente dichas, sino en el liderazgo de los guías de la comunidad (sacerdotes mayas) que conocen el lenguaje del copal y las hierbas sacras, y ejercen una influencia significativa dentro de la comunidad.
La fiesta se celebra en la cabecera departamental que es a la cabecera municipal, en honor al santo patrono San Miguel Arcángel en el mes de septiembre, siendo el 29 el día principal.
En el aspecto folclórico, en Totonicapán se presentan varios bailes típicos como: la conquista, el torito, el venado, los enmascarados, gracejos, los vaqueros, los xacaljotes, los pascarines, los moros y cristianos, y otros. Algo importante es la celebración del Wakxaquib Batz, del cual se hace especial mención en el municipio de Momostenango.

Producción:
Entre los principales productos agrícolas de Totonicapán se encuentran los siguientes: trigo, maíz, frijol, avena y cebada, entre otros. También hay frutas como manzana, ciruelas, granadillas, anonas, nueces y limas. En el aspecto pecuario existen grandes rebaños de ovejas de donde se obtiene la lana que se utiliza para la elaboración de tejidos. Después deHuehuetenango, Totonicapán ocupa el segundo lugar en la producción de tejidos de lana en el país, de los cuales destacan los ponchos, frazadas, alfombras, morrales, bolsas y ropa. También son famosos los tejidos de lana de Momostenango y San Francisco El Alto (Lara, C., Rodríguez, F., García, C. y Esquivel, A., s.f.).
Abunda en los bosques de Totonicapán el pino, del cual se conocen dos especies: el blanco, que es utilizado por los artesanos para la fabricación de muebles, máscaras y juguetes, así como combustible en los hornos para quemar la cerámica. El otro pino es el rojo, o de ocote, que también es utilizado como combustible para encender el fuego del hogar o como medio de iluminación. Sin embargo, estos bosques donde también hay otras maderas de menor importancia económica, se están extinguiendo debido a la tala inmoderada y falta de control (Diccionario Municipal de Guatemala, 2001).
Totonicapán también elabora cerámica tradicional y vidriada. En todos sus municipios se fabrican tejas y ladrillos de barro que son sometidos al horno para quemarlos, con el objeto de obtener un material resistente y duradero para la construcción de viviendas. Además, se trabaja la cestería, jarcia, productos de hierro, cerería, cuero, tul y pirotecnia (Lara, C., Rodríguez, F., García, C. y Esquivel, A., s.f.).



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